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Mam?s adolescentes

 

El embarazo en la adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza; aunque algunas adolescentes planean y desean su embarazo, en muchos casos no es así.
Si bien desde 1990 se ha registrado un descenso considerable en las tasas de natalidad entre las adolescentes, aproximadamente un 11% de todos los nacimientos en el mundo ocurren entre jóvenes de 15 a 19 años. La gran mayoría de esos nacimientos (95%) ocurren en países de ingresos bajos y medianos.1
México ocupa el primer lugar en embarazo en la adolescencia entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad. Además, 23% de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y los 19 años; de estos, 15% de los hombres y 33% de las mujeres no utilizaron ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual. En suma, ocurren al año aproximadamente 340 mil nacimientos en mexicanas menores de 19 años.2
Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años en todo el mundo;1 experimentar un embarazo en la adolescencia duplica el riesgo de muerte materna en menores de 19 años y lo cuadruplica en menores de 15 años.3
La procreación prematura aumenta el riesgo tanto para las madres como para los recién nacidos; cuanto más joven sea la madre, mayor el riesgo para el bebé. Además, los recién nacidos de madres adolescentes tienen una mayor probabilidad de registrar peso bajo al nacer, con el consiguiente riesgo de efectos a largo plazo.1
Otro problema de salud al que se enfrentan las adolescentes es el aborto no seguro. Cada año se practican unos 3 millones de abortos peligrosos en jóvenes de 15 a 19 años en el mundo, lo que contribuye a la mortalidad materna y a problemas de salud prolongados.1 En 2018, la Secretaría de Salud de México registró 1,080 abortos en niñas de 10 a 14 años y 20 mil 298 en adolescentes de 15 a 19 años.3
Además de la salud, el embarazo en la adolescencia constituye un problema social y económico importante ya que afecta la permanencia en la escuela, los ingresos presentes y futuros, el acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales especializadas y de calidad y el desarrollo humano.2
Este año, en la Semana de Prevención del Embarazo Adolescente, celebrada del 20 al 26 de septiembre,4 se busca acelerar la reducción del embarazo en la adolescencia a través del empoderamiento y la educación de las y los adolescentes en materia de prevención del embarazo no deseado. Además de brindar apoyo y garantizar el derecho a la información y el acceso a los servicios de salud.
Prevenir que una niña o una adolescente se embarace es una cuestión de derechos humanos y es la llave para acceder a muchos otros derechos, como el derecho a la salud, a continuar estudiando, a tener mejores oportunidades laborales, entre otros.3 La educación sexual para la prevención del embarazo adolescente es un derecho humano y constitucional que se debe garantizar de manera universal.
https://www.insp.mx/avisos/no-ninas-madres

El embarazo en la adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza; aunque algunas adolescentes planean y desean su embarazo, en muchos casos no es así.

Si bien desde 1990 se ha registrado un descenso considerable en las tasas de natalidad entre las adolescentes, aproximadamente un 11% de todos los nacimientos en el mundo ocurren entre jóvenes de 15 a 19 años. La gran mayoría de esos nacimientos (95%) ocurren en países de ingresos bajos y medianos.

México ocupa el primer lugar en embarazo en la adolescencia entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad. Además, 23% de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y los 19 años; de estos, 15% de los hombres y 33% de las mujeres no utilizaron ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual. En suma, ocurren al año aproximadamente 340 mil nacimientos en mexicanas menores de 19 años.

Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años en todo el mundo;1 experimentar un embarazo en la adolescencia duplica el riesgo de muerte materna en menores de 19 años y lo cuadruplica en menores de 15 años.

La procreación prematura aumenta el riesgo tanto para las madres como para los recién nacidos; cuanto más joven sea la madre, mayor el riesgo para el bebé. Además, los recién nacidos de madres adolescentes tienen una mayor probabilidad de registrar peso bajo al nacer, con el consiguiente riesgo de efectos a largo plazo.

Otro problema de salud al que se enfrentan las adolescentes es el aborto no seguro. Cada año se practican unos 3 millones de abortos peligrosos en jóvenes de 15 a 19 años en el mundo, lo que contribuye a la mortalidad materna y a problemas de salud prolongados.1 En 2018, la Secretaría de Salud de México registró 1,080 abortos en niñas de 10 a 14 años y 20 mil 298 en adolescentes de 15 a 19 años.

Además de la salud, el embarazo en la adolescencia constituye un problema social y económico importante ya que afecta la permanencia en la escuela, los ingresos presentes y futuros, el acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales especializadas y de calidad y el desarrollo humano.

Este año, en la Semana de Prevención del Embarazo Adolescente, celebrada del 20 al 26 de septiembre,4 se busca acelerar la reducción del embarazo en la adolescencia a través del empoderamiento y la educación de las y los adolescentes en materia de prevención del embarazo no deseado. Además de brindar apoyo y garantizar el derecho a la información y el acceso a los servicios de salud.

Prevenir que una niña o una adolescente se embarace es una cuestión de derechos humanos y es la llave para acceder a muchos otros derechos, como el derecho a la salud, a continuar estudiando, a tener mejores oportunidades laborales, entre otros.3 La educación sexual para la prevención del embarazo adolescente es un derecho humano y constitucional que se debe garantizar de manera universal.

https://www.insp.mx/avisos/no-ninas-madres

 

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