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La importancia emocional de sanar nuestro "Ni?o Interior"

 

Según "El Prado Psicólogos Blog", el niño interior "es un concepto nacido de la terapia gestalt. Para la gestalt, el niño interior es la estructura psicológica más vulnerable y sensible de nuestro YO. 
Se forma fundamentalmente a partir de las experiencias, tanto positivas como negativas, que tenemos durante los primeros años de la infancia. 
Dependiendo del tipo de experiencias y de cómo las interiorizamos, el niño interior puede ser una PERSONITA alegre, optimista y sensible o por el contrario, alguien temeroso de la vida, enfurruñado e irascible".
El blog continúa explicando y dice que "con el paso del tiempo, este niño se va escondiendo en lo más profundo de nuestro ser pero sale a la luz en determinadas circunstancias, como por ejemplo, cuando necesitamos enfrentar un proyecto que demanda mucha imaginación o cuando revivimos un miedo que, como adultos, no debería atemorizarnos.
La mayoría de las personas no se percatan de la existencia de este niño interior, pero lo cierto es que en ocasiones es él quien determina cómo respondemos ante determinadas circunstancias".
Los especialistas dicen que "cuando somos pequeños todos pasamos por experiencias positivas y negativas. Si vivimos una situación negativa y somos capaces de solucionarla de manera adecuada (viviendo el dolor correspondiente, dándonos tiempo para sanar y cerrando las heridas), entonces esta experiencia se incorporará en nuestro YO sin causar daños y pasaremos a la fase sucesiva del desarrollo.
No obstante, si no somos capaces de superar el impacto emocional de estas experiencias, es probable que se generen sentimientos de ira, frustración y tristeza que terminarán afectando a nuestro niño interior, quien deberá cargar con el peso de estos problemas irresueltos.
Como podrás suponer, estos sentimientos negativos afloran una y otra vez determinando cómo reaccionamos ante la realidad", concluye el blog.
Un artículo de Gema Lendoiro escrito para El País,explica que existen varios tipos de?Heridas Fundamentales:
- El abandono.
- El rechazo. 
- Maltrato/Abuso/Humillación. 
- No reconocimiento. 
Ahora bien, ¿cómo podemos sanar nuestro "Niño Interior"?
La web La Mente es Maravillosa explica que hay 3 ejercicios para sanar a nuestro niño interior:
Imagina tu etapa de la niñez. ¿Cómo eras con aproximadamente 8 años? Trata de visualizar cómo eras físicamente y, si te cuesta, puedes mirar alguna foto para refrescarte la memoria y captar todos los máximos detalles posibles.
Ahora haz un ejercicio de visualización e imaginación. Imagínate a ti mismo de pequeño, en tu habitación solo, ¿qué hacías cuando estabas en tu cuarto a solas? Imagina aquella etapa de la niñez, ve al pasado y recuerda cada detalle. Qué muebles había en tu cuarto, de qué colores, a qué jugabas, etc. Cuantos más detalles reales instales en la imaginación, mayor efecto tendrá el ejercicio.
Ahora imagínate a ti mismo como eres ahora. Imagina que estás entrando a la habitación que tenías cuando eras pequeño. Abres la puerta y ves a un niño cabizbajo, inseguro. Ese niño eres tú cuando eras pequeño. En la habitación estás tú, tal y como eres ahora, acompañado por un niño, que es el de la etapa de tu infancia.
Todo esto ayudará a tener mejor relación con nuestro pasado y que no nos afecte en el presente.

Según "El Prado Psicólogos Blog", el niño interior "es un concepto nacido de la terapia gestalt. Para la gestalt, el niño interior es la estructura psicológica más vulnerable y sensible de nuestro YO.

Se forma fundamentalmente a partir de las experiencias, tanto positivas como negativas, que tenemos durante los primeros años de la infancia.

Dependiendo del tipo de experiencias y de cómo las interiorizamos, el niño interior puede ser una PERSONITA alegre, optimista y sensible o por el contrario, alguien temeroso de la vida, enfurruñado e irascible".

El blog continúa explicando y dice que "con el paso del tiempo, este niño se va escondiendo en lo más profundo de nuestro ser pero sale a la luz en determinadas circunstancias, como por ejemplo, cuando necesitamos enfrentar un proyecto que demanda mucha imaginación o cuando revivimos un miedo que, como adultos, no debería atemorizarnos.

La mayoría de las personas no se percatan de la existencia de este niño interior, pero lo cierto es que en ocasiones es él quien determina cómo respondemos ante determinadas circunstancias".

Los especialistas dicen que "cuando somos pequeños todos pasamos por experiencias positivas y negativas. Si vivimos una situación negativa y somos capaces de solucionarla de manera adecuada (viviendo el dolor correspondiente, dándonos tiempo para sanar y cerrando las heridas), entonces esta experiencia se incorporará en nuestro YO sin causar daños y pasaremos a la fase sucesiva del desarrollo.

No obstante, si no somos capaces de superar el impacto emocional de estas experiencias, es probable que se generen sentimientos de ira, frustración y tristeza que terminarán afectando a nuestro niño interior, quien deberá cargar con el peso de estos problemas irresueltos.

Como podrás suponer, estos sentimientos negativos afloran una y otra vez determinando cómo reaccionamos ante la realidad", concluye el blog.

Un artículo de Gema Lendoiro escrito para El País,explica que existen varios tipos de?Heridas Fundamentales:

- El abandono.

- El rechazo.

- Maltrato/Abuso/Humillación.

- No reconocimiento.

Ahora bien, ¿cómo podemos sanar nuestro "Niño Interior"?

La web La Mente es Maravillosa explica que hay 3 ejercicios para sanar a nuestro niño interior:

Imagina tu etapa de la niñez. ¿Cómo eras con aproximadamente 8 años? Trata de visualizar cómo eras físicamente y, si te cuesta, puedes mirar alguna foto para refrescarte la memoria y captar todos los máximos detalles posibles.

Ahora haz un ejercicio de visualización e imaginación. Imagínate a ti mismo de pequeño, en tu habitación solo, ¿qué hacías cuando estabas en tu cuarto a solas? Imagina aquella etapa de la niñez, ve al pasado y recuerda cada detalle. Qué muebles había en tu cuarto, de qué colores, a qué jugabas, etc. Cuantos más detalles reales instales en la imaginación, mayor efecto tendrá el ejercicio.

Ahora imagínate a ti mismo como eres ahora. Imagina que estás entrando a la habitación que tenías cuando eras pequeño. Abres la puerta y ves a un niño cabizbajo, inseguro. Ese niño eres tú cuando eras pequeño. En la habitación estás tú, tal y como eres ahora, acompañado por un niño, que es el de la etapa de tu infancia.

Todo esto ayudará a tener mejor relación con nuestro pasado y que no nos afecte en el presente.

 

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