¿"Qu? hace una chica como t? en un sitio como ese?"
"¿Qué hacía una chica como ella en un sitio como ese? ¿Dónde estaban sus amigas? ¿Por qué la dejaron sola? ¿Y los papás? ¿Por qué la dejaron ir? ¿Por qué andaba en una fiesta en esa zona? ¿Qué hacía ella ahí, en un sitio tan inseguro? ¿Y hasta altas horas de la madrugada?"
Todas esas frases han sido la constante en publicaciones en redes sociales y en pláticas de familias, en los trabajos, con la vecina o hasta con desconocidos. Todas esas preguntas son aplicadas al caso de la desaparición de Debanhi, la joven de la que no se sabe nada luego de que acudió a una fiesta en una quinta en Escobedo.
Y tristemente también son referidas a los demás casos de desapariciones en nuestra Entidad.
El problema es que todas esas cuestiones lo único que hacen es revictimizar y culpar a la joven de su desaparición y de que está en riesgo de ser víctima de la comisión de un delito.
Y así, nos vamos orientando hacia otra conversación, en lugar de centrarnos en la grave situación actual: la inseguridad.
Si bien es cierto que no vivimos en una utopía donde las mujeres pueden caminar solas en cualquier sitio sin ningun riesgo, lo que hace que se tengan que tomar ciertas precauciones, eso no puede utilizarse como pretexto para justificar las desapariciones.
Nos convertimos en una sociedad queriendo justificar lo que no se debería de justificar.
Si no exigimos a los diferentes niveles de autoridad que trabajen en ofrecer seguridad, las cosas van a seguir igual. Y las mujeres seguirán expuestas y en peligro de ser víctimas de cualquier delito.
Las desapariciones en general, pero sobre todo las desapariciones de mujeres son una verdadera tragedia en nuestro Estado y en nuestro país. Apenas esta semana se hicieron varios señalamientos sobre desapariciones y desapariciones forzadas en México.
El Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU publicó su informe sobre la visita a México, que realizó entre el 15 y el 26 de noviembre de 2021 el organismo afirmó que algunos servidores públicos y el crimen organizado, son los principales responsables del creciente número de desapariciones en nuestro país, por lo que instó al gobierno de México a que realice acciones inmediatas para acabar con la impunidad absoluta y aplique una política nacional, a fin de prevenir esa tragedia humana.
Las desapariciones son el peor de los delitos porque causan incertidumbre a los seres queridos, quienes también se convierten en víctimas. No se les debe de dar "carpetazo" hasta que la persona no localizada aparezca y se sepa de su paradero.
Mientras la sociedad no exijamos a quienes nos gobiernan que nos ofrezcan seguridad y mientras la autoridad no haga su trabajo correctamente, seguirá existiendo esta tragedia. Y si bien es cierto que los hombres también son víctimas de desapariciones (en números alarmantes también), casi nunca es por razones de género.
Las mujeres están doblemente expuestas e indefensa. Y no hablemos de las niñas y las adolescentes, y más si son de extractos bajos, con poca educación o pocos recursos, porque la vulnerabilidad se puede hasta triplicar. Y pareciera que a nadie le importa.
Lo más lamentable es que cuando ocurre una desaparición, las mujeres quedan a merced de que solamente se diga de ellas: "¿qué hacía una mujer / niña / adolescente tan sola en un sitio como ese? ¿Por qué no se cuida?"
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Facebook: Hugo Aranda Tamayo
