Un nuevo plan para detener una futura pandemia mundial
Los "arbovirus" pueden no ser algo con lo que la mayoría de nosotros estemos familiarizados, pero para casi cuatro mil millones de personas, son una amenaza mortal, razón por la cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de lanzar un plan para evitar que provoquen una nueva pandemia.
Los arbovirus más comunes son, de hecho, algunas de las enfermedades transmitidas por mosquitos más peligrosas del mundo, como el dengue, la fiebre amarilla, el chikungunya y el zika.
Representan una amenaza para la salud masiva y omnipresente en las partes tropicales y subtropicales del planeta, aunque de hecho hay un número creciente de brotes de arbovirus en todo el mundo, según OMS.
Uniendo fuerzas
El doctor Mike Ryan, jefe del Programa de Emergencia de esta agencia de la ONU, dio la bienvenida a la medida y explicó que el esquema permitirá a las autoridades sanitarias abordar las "amplias pero relacionadas amenazas,”, que plantean el dengue, la fiebre amarilla, el chikungunya y el zika, en diferentes partes del mundo. el mundo.
“Para cada una de estas enfermedades ha habido avances en diferentes aspectos de la respuesta de vigilancia, la investigación y el desarrollo”, dijo. “Pero la sostenibilidad a menudo se limita al alcance, la duración y el alcance de los proyectos específicos de enfermedades”, explicó.
Por ello, existe una necesidad urgente de reevaluar las herramientas disponibles y de ver cómo se pueden usar en todas las enfermedades para garantizar una respuesta eficiente, una práctica basada en la evidencia científica, con personal equipado y capacitado y con la participación de las comunidades”.
El enfoque de la Iniciativa Global de Arbovirus será concentrar recursos en el monitoreo de riesgos, prevención de pandemias, preparación, detección y respuesta, dijeron los responsables de la Organización, insistiendo en que la acción internacional es fundamental, dada la “frecuencia y magnitud de los brotes” de arbovirus, en particular los que son transmitidos por los mosquitos Aedes, cuyo alcance también está creciendo impulsado por el cambio climático, el crecimiento de la población y la creciente urbanización.