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5 cosas que te aterran como emprendedor

 

Ya casi termina la época de espantos y terror. Brujas, vampiros y demás monstruos toman las calles y crean una atmósfera repleta de miedo y escalofríos. Pero entre calabazas talladas, muelas picadas por tanta ‘calaverita’ y disfraces aterradores, hay una cierta cepa de criaturas que a los emprendedores asustan más que la mismísima Llorona, ¡ay, mis emprendimientos!
“Diseñar, poner en marcha y operar un negocio es de lo más difícil que hay. Todavía más si se trata de emprendimiento de alto impacto. Las curvas de aprendizaje de una compañía son enormes, por ello es que los fundadores de una startup muchas veces no pueden conciliar el sueño con sólo imaginarse algunos de los monstruos más horripilantes del emprendimiento y que suelen poner en jaque hasta al emprendedor más resiliente y creativo”, señala Luis Arandia, entusiasta del emprendimiento, visionario e innovador incansable.
Para que las claveras no salgan de su tumba bailando ‘chumbala, cachumbala’ y se lleven entre los huesos a los emprendimientos, Arandia, fundador de empresas como Marketank y GRUPO DXV presenta una lista con algunos de los monstruos más aterradores a los que se enfrentan los emprendedores mexicanos.
1. ‘El Chupacabras’ o una falta de liderazgo empático
Todos hemos conocido—o sido—uno. Ese jefe que exige hasta dejar a su equipo de trabajo o a un proyecto absolutamente agotado. Es el equivalente al legendario ‘Chupacabras’ de los años 90 en México: toma y toma, sin agregar nada. Su contraparte es un liderazgo empático, comunicativo y efectivo, el pilar que sostiene a cualquier equipo.
2. Los fantasmas acechan con el síndrome del impostor
¡Buuuu! Los mayores monstruos de un emprendedor no están allá afuera; sino en su mente. Cuando se quiere emprender con potencia e inteligencia, es necesario tener una clara conciencia del tamaño de la aventura que se está llevando a cabo y de los talentos con los que se cuenta para hacerlo. 
“Los fantasmas del síndrome del impostor pueden ser un gran obstáculo, pero dependerá de cada emprendedor superar estas barreras y demostrarse a sí mismo lo que puede hacer”, añade Arandia.
3. La noche de los muertos vivientes… y más que nada improductivos
La improductividad es el peor enemigo de una empresa en desarrollo y es tan contagiosa como el virus-T que convierte a todos en muertos vivientes. Esto no implica que se acelere a tope en cada parte de un proceso; de hecho, todo lo contrario. Cualquier emprendedor debe saber que no se puede dar el lujo de tener trabajadores ‘zombies’, de esos que comen cerebros y convierten a ‘zombies’ a sus compañeros. La cura contra esto es una óptima selección de talento y estrategias para mantenerlo e impulsarlo y hacer que siga vivo.
 
4. Las momias que arrastran vendas ¡y deudas!
De acuerdo con datos de la Radiografía del Emprendimiento en México 2021, 35% de las empresas fracasan por falta de liquidez y capital de trabajo. Como las momias del antiguo Egipto, o del cercano Guanajuato, un emprendedor que no se prepara para administrar su empresa (eso implica estudiar o rodearse de especialistas), rápido puede arrastrar deudas como las cadenas del mítico monstruo que no puede descansar tranquilamente por el resto de la eternidad.
5. La criatura de Frankenstein de cada día
¡Está vivo!
Quizá el monstruo más atroz de todos es la criatura de Frankenstein emprendedora. Es decir, cuando un negocio no sabe  adónde se dirige, qué objetivos persigue, es más no sabe ni porqué existe. Es una especie de mezcolanza que combina a muchas otras empresas, pero no tiene objetivos, cultura o estrategias definidas.
“Se trata de parches y partes que ni se conectan ni tienen sentido. Peor todavía, esto se ve en emprendedores que no ejecutan una planeación estratégica constante para conocer a profundidad su empresa, su operación y el contexto del mercado en el que se inscribe. La peor de todas las pesadillas de un empresario es la falta de dirección”, concluye Arandia. 
Por muy bueno que sea un emprendedor no es inmune al miedo, en cualquier momento deberá caminar por un paraje escabroso y una criatura terrorífica se le presentará. No basta con un exorcismo para expulsar a los demonios o una ‘calaverita’  para que no se lo lleve la huesuda, su conocimiento, sus redes de apoyo y pasión por la vida serán las armas para hacer frente a cualquier monstruo. 

Ya casi termina la época de espantos y terror. Brujas, vampiros y demás monstruos toman las calles y crean una atmósfera repleta de miedo y escalofríos. Pero entre calabazas talladas, muelas picadas por tanta ‘calaverita’ y disfraces aterradores, hay una cierta cepa de criaturas que a los emprendedores asustan más que la mismísima Llorona, ¡ay, mis emprendimientos!

“Diseñar, poner en marcha y operar un negocio es de lo más difícil que hay. Todavía más si se trata de emprendimiento de alto impacto. Las curvas de aprendizaje de una compañía son enormes, por ello es que los fundadores de una startup muchas veces no pueden conciliar el sueño con sólo imaginarse algunos de los monstruos más horripilantes del emprendimiento y que suelen poner en jaque hasta al emprendedor más resiliente y creativo”, señala Luis Arandia, entusiasta del emprendimiento, visionario e innovador incansable.

Para que las claveras no salgan de su tumba bailando ‘chumbala, cachumbala’ y se lleven entre los huesos a los emprendimientos, Arandia, fundador de empresas como Marketank y GRUPO DXV presenta una lista con algunos de los monstruos más aterradores a los que se enfrentan los emprendedores mexicanos.

1. ‘El Chupacabras’ o una falta de liderazgo empático

Todos hemos conocido—o sido—uno. Ese jefe que exige hasta dejar a su equipo de trabajo o a un proyecto absolutamente agotado. Es el equivalente al legendario ‘Chupacabras’ de los años 90 en México: toma y toma, sin agregar nada. Su contraparte es un liderazgo empático, comunicativo y efectivo, el pilar que sostiene a cualquier equipo.

2. Los fantasmas acechan con el síndrome del impostor

¡Buuuu! Los mayores monstruos de un emprendedor no están allá afuera; sino en su mente. Cuando se quiere emprender con potencia e inteligencia, es necesario tener una clara conciencia del tamaño de la aventura que se está llevando a cabo y de los talentos con los que se cuenta para hacerlo.

“Los fantasmas del síndrome del impostor pueden ser un gran obstáculo, pero dependerá de cada emprendedor superar estas barreras y demostrarse a sí mismo lo que puede hacer”, añade Arandia.

3. La noche de los muertos vivientes… y más que nada improductivos

La improductividad es el peor enemigo de una empresa en desarrollo y es tan contagiosa como el virus-T que convierte a todos en muertos vivientes. Esto no implica que se acelere a tope en cada parte de un proceso; de hecho, todo lo contrario. Cualquier emprendedor debe saber que no se puede dar el lujo de tener trabajadores ‘zombies’, de esos que comen cerebros y convierten a ‘zombies’ a sus compañeros. La cura contra esto es una óptima selección de talento y estrategias para mantenerlo e impulsarlo y hacer que siga vivo.

4. Las momias que arrastran vendas ¡y deudas!

De acuerdo con datos de la Radiografía del Emprendimiento en México 2021, 35% de las empresas fracasan por falta de liquidez y capital de trabajo. Como las momias del antiguo Egipto, o del cercano Guanajuato, un emprendedor que no se prepara para administrar su empresa (eso implica estudiar o rodearse de especialistas), rápido puede arrastrar deudas como las cadenas del mítico monstruo que no puede descansar tranquilamente por el resto de la eternidad.

5. La criatura de Frankenstein de cada día

¡Está vivo!

Quizá el monstruo más atroz de todos es la criatura de Frankenstein emprendedora. Es decir, cuando un negocio no sabe  adónde se dirige, qué objetivos persigue, es más no sabe ni porqué existe. Es una especie de mezcolanza que combina a muchas otras empresas, pero no tiene objetivos, cultura o estrategias definidas.

“Se trata de parches y partes que ni se conectan ni tienen sentido. Peor todavía, esto se ve en emprendedores que no ejecutan una planeación estratégica constante para conocer a profundidad su empresa, su operación y el contexto del mercado en el que se inscribe. La peor de todas las pesadillas de un empresario es la falta de dirección”, concluye Arandia.

Por muy bueno que sea un emprendedor no es inmune al miedo, en cualquier momento deberá caminar por un paraje escabroso y una criatura terrorífica se le presentará. No basta con un exorcismo para expulsar a los demonios o una ‘calaverita’  para que no se lo lleve la huesuda, su conocimiento, sus redes de apoyo y pasión por la vida serán las armas para hacer frente a cualquier monstruo. 

 

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