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¿Le conviene a tu empresa salir a la bolsa?

 

En el proceso de crecimiento de una empresa en ascenso, salir a bolsa suele ser una de las piedras angulares más llamativas de su desarrollo. Cotizar en el mercado bursátil implica que cualquier inversor pueda comprar y vender acciones en esa compañía y se lleva a cabo en un proceso de oferta pública de venta, a partir de una oferta pública inicial. No obstante, la logística y trámites para comenzar una salida a mercados de valor pueden ser todo un reto. 
“Son procesos que implican investigación y recopilación de información exhaustiva. Comienzan con la articulación de un historial de crecimiento corporativo -fidedigno en cuanto al pasado y plausible en relación con el futuro-, que detalle un plan con objetivos medibles y concretos, al mismo tiempo que ambiciosos y atractivos. Pero también requiere de la constitución de órganos de gobierno robustos y dar un seguimiento puntual a los mercados en meses previos”, explica Guillermo Cruz, Managing Partner de Maquia Capital, empresa que impulsa la bursatilidad de las empresas mexicanas para que coticen en la bolsa de Estados Unidos.
Por todas las implicaciones que conlleva, con frecuencia las empresas que están a punto de dar ese paso de consolidación se preguntan si realmente les conviene salir a bolsa, y normalmente escogen un camino de capitalización privado a través de fondos de inversión.
Beneficios de salir a mercados de valor
La carga simbólica que se asocia al hito de salir a bolsa para una empresa no es fortuita. En gran medida, por todo lo que implica una oferta pública inicial, además de mantener estable a lo largo del tiempo una oferta pública de venta atractiva. Las empresas que salen a la bolsa, son compañías sólidas, consolidadas (aunque en crecimiento), que tienen una clara ruta crítica a seguir para los siguientes años, sino es que para las siguientes décadas. 
De acuerdo con Maquia Capital, salir a bolsa trae consigo un potencial de crecimiento tangible que se ve reflejado en beneficios clave para una empresa, como, por ejemplo:
Soft Power en sectores internacionales a partir de una mejora de imagen y proyección.
Variedad de capitalización en la medida que se flexibiliza el capital de la empresa.
Aumento en la valuación de la compañía.
Asegurar el fondeo necesario para el crecimiento futuro.
Marketing a nivel global al ser público.
Incorporación de estándares de calidad.
Robustecimiento de la estructura financiera y administrativa de la empresa.
SPACs: catalizadoras para salir a bolsa
Las Compañías de Adquisiciones de Propósito Especial, conocidas como SPACs por sus siglas en inglés y facilitar la salida a bolsa, comenzaron a operar hace más de tres décadas, pero a lo largo de los últimos años se ha acelerado su presencia en mercados bursátiles. El modelo SPAC es uno de adquisiciones y fusiones de empresas en un sector y funciona como alternativa a una oferta pública de venta, por su organización y forma de operar.
Las SPACs son empresas sin operación, pero que emiten acciones en mercados de valores para realizar adquisiciones o fusiones en una industria. Son algo así como “cheques en blanco”: inversionistas inyectan capital sin saber a ciencia cierta la empresa que será adquirida eventualmente. Un administrador con buen track record se encarga de gestionar este instrumento financiero. Dedica uno o dos años a buscar un target, que normalmente son empresas medianas y relativamente pequeñas con potencial (incluyendo startups ya en etapa consolidada); al afianzar operaciones de varias regiones, las probabilidades de inversión aumentan. Lo interesante viene después: el modelo SPAC permite que se puedan llevar las empresas individuales a cotizar en bolsa, por ser parte del vehículo central.
“El modelo SPAC funciona particularmente bien para impulsar proyectos en crecimiento en sectores emergentes, sin tener que pasar por los procesos individuales previos a una oferta pública inicial. A una empresa que se ha logrado consolidar en su mercado le conviene, sin duda, salir a bolsa. Las SPACs pueden ser el vehículo ideal para catalizar estos procesos de manera ágil, evitando muchas de las problemáticas que una salida al mercado puede implicar”, afirma Jeronimo Peralta, Managing Partner de Maquia Capital.

En el proceso de crecimiento de una empresa en ascenso, salir a bolsa suele ser una de las piedras angulares más llamativas de su desarrollo. Cotizar en el mercado bursátil implica que cualquier inversor pueda comprar y vender acciones en esa compañía y se lleva a cabo en un proceso de oferta pública de venta, a partir de una oferta pública inicial. No obstante, la logística y trámites para comenzar una salida a mercados de valor pueden ser todo un reto.

“Son procesos que implican investigación y recopilación de información exhaustiva. Comienzan con la articulación de un historial de crecimiento corporativo -fidedigno en cuanto al pasado y plausible en relación con el futuro-, que detalle un plan con objetivos medibles y concretos, al mismo tiempo que ambiciosos y atractivos. Pero también requiere de la constitución de órganos de gobierno robustos y dar un seguimiento puntual a los mercados en meses previos”, explica Guillermo Cruz, Managing Partner de Maquia Capital, empresa que impulsa la bursatilidad de las empresas mexicanas para que coticen en la bolsa de Estados Unidos.

Por todas las implicaciones que conlleva, con frecuencia las empresas que están a punto de dar ese paso de consolidación se preguntan si realmente les conviene salir a bolsa, y normalmente escogen un camino de capitalización privado a través de fondos de inversión.

Beneficios de salir a mercados de valor

La carga simbólica que se asocia al hito de salir a bolsa para una empresa no es fortuita. En gran medida, por todo lo que implica una oferta pública inicial, además de mantener estable a lo largo del tiempo una oferta pública de venta atractiva. Las empresas que salen a la bolsa, son compañías sólidas, consolidadas (aunque en crecimiento), que tienen una clara ruta crítica a seguir para los siguientes años, sino es que para las siguientes décadas.

De acuerdo con Maquia Capital, salir a bolsa trae consigo un potencial de crecimiento tangible que se ve reflejado en beneficios clave para una empresa, como, por ejemplo:

- Soft Power en sectores internacionales a partir de una mejora de imagen y proyección.

- Variedad de capitalización en la medida que se flexibiliza el capital de la empresa.

- Aumento en la valuación de la compañía.

- Asegurar el fondeo necesario para el crecimiento futuro.

- Marketing a nivel global al ser público.

- Incorporación de estándares de calidad.

- Robustecimiento de la estructura financiera y administrativa de la empresa.

SPACs: catalizadoras para salir a bolsa

Las Compañías de Adquisiciones de Propósito Especial, conocidas como SPACs por sus siglas en inglés y facilitar la salida a bolsa, comenzaron a operar hace más de tres décadas, pero a lo largo de los últimos años se ha acelerado su presencia en mercados bursátiles. El modelo SPAC es uno de adquisiciones y fusiones de empresas en un sector y funciona como alternativa a una oferta pública de venta, por su organización y forma de operar.

Las SPACs son empresas sin operación, pero que emiten acciones en mercados de valores para realizar adquisiciones o fusiones en una industria. Son algo así como “cheques en blanco”: inversionistas inyectan capital sin saber a ciencia cierta la empresa que será adquirida eventualmente.

Un administrador con buen track record se encarga de gestionar este instrumento financiero. Dedica uno o dos años a buscar un target, que normalmente son empresas medianas y relativamente pequeñas con potencial (incluyendo startups ya en etapa consolidada); al afianzar operaciones de varias regiones, las probabilidades de inversión aumentan. Lo interesante viene después: el modelo SPAC permite que se puedan llevar las empresas individuales a cotizar en bolsa, por ser parte del vehículo central.

“El modelo SPAC funciona particularmente bien para impulsar proyectos en crecimiento en sectores emergentes, sin tener que pasar por los procesos individuales previos a una oferta pública inicial. A una empresa que se ha logrado consolidar en su mercado le conviene, sin duda, salir a bolsa. Las SPACs pueden ser el vehículo ideal para catalizar estos procesos de manera ágil, evitando muchas de las problemáticas que una salida al mercado puede implicar”, afirma Jeronimo Peralta, Managing Partner de Maquia Capital.

 

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